domingo, 12 de abril de 2009

Editorial - Escuelas, educación y sexualidades


Le dijeron que NO.

Que no debía; que no podía.

Le dijeron que no.

Y el pupitre se erigió de golpe como una gran muralla para refugiarse de las miradas acusadoras.

La clase siguió como si nada, precisamente ahogando a todos y todas en el sopor mismo de la negación.

La nihilización de las santas instituciones; el docente, el padre y el espíritu santo.

Escuelas torcidas en sagrados templos de la ignorancia del cuerpo y el placer, por que las palabras placer, clítoris, orgasmos, no caben en los cuadernos de caligrafía.

Y en el medio de la lección de geografía bailaban los ratones. Fantasías, sucias, prohibidas, maquilladas, de un estudiante con otro, de ella con su profesor, las hormonas se huelen pero se disfrazan.

Nos sentamos detrás del pupitre para esconder la vergonzosa erección.

Maestras y profesores tan castrados como la figura de una madre, pero todxs intentamos descubrir los pezones debajo del guardapolvo.

Para prevenir el deseo, se prohíbe el contacto. La piel escondida en los blancos guardapolvos, o sugerente en las falditas de colegio católico para desatar la furia onanista de los clérigos.

Hay que enseñar que hay que obedecer al docente, porque después habrá que obedecer al patrón, al patriarca, al padre; al falo todopoderoso.

Abstinencia, Santa frígida, la peor lección de anatomía.

Castren a la imaginación que llegó la hora de las ciencias!! No sea que estos chicxs aprendan a pensar, y desaten como accidente una revolución sexual.



______________

Por MCB

No hay comentarios: