miércoles, 8 de abril de 2009

Contra la impunidad



La colectiva la revuelta, frente a la violación de una niña de once años y la pena mínima aplicada al agresor por cuestiones , decidió intervenir en los ámbitos judiciales, educativos y médicos, allí donde la violencia se reproduce de manera naturalizada.

Cuando las activistas de la colectiva feminista La Revuelta, de Neuquén, conocieron un fallo judicial en el que se condenaba a cuatro años de prisión domiciliaria al ex policía Esteban Muñoz, abusador y violador de una niña de 11 años, que dejó embarazada, decidieron transformar la bronca en movilización.

El tribunal dictó una pena mínima argumentando que hubo “coito interfémora” (sin penetración completa). Se realizaron denuncias públicas y manifestaciones de repudio, pero Muñoz volvió a su casa y la víctima parió ese bebé. “Vimos en el caso la necesidad de hacer reclamos en los campos legislativo, educativo, judicial y de la salud pública, y surgió nuestra propuesta de la consejería legal y en derechos sexuales y reproductivos Socorro Violeta, para mujeres heterosexuales, bisexuales, lesbianas, personas trans y travestis”, explicó Ruth Zurbrigen, activista de La Revuelta y trabajadora de la educación pública, en una entrevista para las 12 (suplemento de página 12).

La decisión de comprender y contener un abanico amplio se manifestó “cuando empezamos a pensar este proyecto, porque consideramos relevante trabajar una formulación que nos permitiera desnaturalizar en su propia designación la heterosexualidad y la dicotomía varón-mujer, para incorporar otros géneros”.

De la iniciativa participan la Asociación de Trabajadores de la Educación (Aten) y la Asociación de Docentes de la Universidad del Comahue (Adunc), que habilitaron sus sedes para el funcionamiento de la consejería bajo el principio de decisión sobre el propio cuerpo. El nuevo espacio captura experiencias de las feministas europeas de los sesenta y setenta, pero según Zurbrigen avanza “a partir de innumerables reclamos que recibimos vinculados con diferentes formas de violencias de género y en particular por las injusticias machistas del Poder Judicial sobre quienes denuncian”.

En estos años, La Revuelta atendió una gran cantidad de casos relacionados con violaciones, abusos sexuales y violencias machistas y sexistas. “Nos encontramos con que muchas veces las víctimas son trabajadoras de la educación o hijas o hijos de trabajadoras de la educación. Creemos que esta propuesta generará mucho ruido en el interior de los sindicatos.” Por caso, sobre la última semana de noviembre recibieron siete consultas, de las cuales tres involucraban a docentes denunciados por situaciones de abuso sexual hacia sus hijas.

Socorro (por los Socorros Rosas de las feministas europeas italianas cuando el aborto era ilegal) Violeta (porque es el color indiscutiblemente feminista) funciona como servicio de asesoramiento legal contra la violencia y en cuestiones que involucran derechos sexuales y reproductivos, para revitalizar la información sobre disponibilidad y accesibilidad de métodos anticonceptivos, quirúrgicos y de tratamiento adecuado y humanizado. “Se trata de una búsqueda de acciones solidarias en los ámbitos sindicales de los que somos parte –remarcó Zurbrigen– y de generar conductas de autodefensa de derechos reproductivos de las mujeres, exigiéndole al Estado que garantice el cumplimiento de la normativa vigente.”

La elaboración de una base de datos de carácter anónimo sobre las problemáticas que acerquen las mujeres servirá como brújula para formular un observatorio de las cuestiones de género que articule con otros organismos estatales y organizaciones de la sociedad civil. “El objetivo es efectuar un relevamiento serio y amplio de la violencia de género que en mayor medida afecta a las mujeres.”

También proponen un servicio optativo de seguimiento de causas y acompañamiento a juicio por medio de acciones legales y efectivas, para proteger derechos cuando los canales institucionales encargados de resguardarlos omitan hacerlo.

“En innumerables casos, las denuncias y actuaciones efectuadas por las mujeres no obtienen respuesta institucional o es deficiente o inadecuada, denegándoseles la protección de sus derechos u obstaculizando el acceso a la Justicia.” La búsqueda, entonces, “es considerar el litigio como una herramienta de incidencia en las políticas públicas, en instancias de reclamo y de protección en aquellos casos de impacto”.

Durante el primer año, la consejería funcionará una vez por semana en las sedes de Aten y Adunc de la ciudad de Neuquén, con asistencia de activistas de La Revuelta y de las abogadas María Angélica Acosta Meza y Blanca Beatriz López, que colaboran en esta colectiva feminista e integran la Asociación Zainuco, en defensa de los derechos de las personas detenidas. En una segunda etapa se crearán otros centros de atención en las seccionales gremiales de San Martín de los Andes y Plottier, que ya solicitaron el servicio. Para la activista, “el feminismo que tiene futuro es el que articula proyectos y acciona con otros sectores de la sociedad, y en Neuquén estos sindicatos son lugares de referencia y resistencia”.

En los fundamentos para la creación de la consejería se sostiene que abrir los ojos o, mejor, mirar de otra manera, puede ser una experiencia difícil. Podría, por ejemplo, obligar a nombrar nuevamente aquello que los años han enseñado a reconocer como un paisaje habitual, esperable, familiar. Podría pasar que allí donde suele depositarse lo confiable aparezca, apenas disimulado, el retrato de lo que se creía lejano y ajeno.

“Son riesgos de la naturalización”, concluyó Zurbrigen. “Hay todo un mundo con un entorno de violencias asimiladas como naturales que reside en diferentes espacios de convivencia. Por eso consideramos que lo personal es político y que muchas veces una conversación, una indicación de dónde acudir se constituyen en intentos de empezar a sanar injusticias.”

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Esta nota es una adaptación de desobedientes de la nota original: "Ojos nuevos" del suplemento las 12.

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