jueves, 30 de julio de 2009
Por un estado Laico y una ciudadanía plena
Quiénes integramos el colectivo de Apostasía en Argentina, repudiamos las declaraciones públicas de Héctor Aguer (Arzobispo de La Plata).
Sostenemos que ni la Iglesia Católica ni ninguna otra expresión religiosa deben tener incidencia alguna en cuestiones seculares, de gobierno y de bien común que sean materia de competencia de los órganos del Estado.
Extender a toda la comunidad convicciones confesionales, pretendiendo hacerlas obligatorias para el conjunto, es enteramente autoritario y retrogrado, ajeno a la ley y claramente inconstitucional. Atenta contra la libertad de pensamiento y de acción, respecto de cuestiones que son de exclusivo resorte de la decisión individual por un lado (Art. 19 de la CN) y también contra la decisión de cumplir funciones básicas por parte del Estado, a través del gobierno electo por el pueblo, referidas a la educación y a la salud pública.
No es función del Estado inculcar ninguna convicción confesional, por lo que la imputación de "ateo" que hace la Iglesia Católica al manual que se critica es por entero intrascendente para su descalificación.
En cuanto a considerarlo "marxista", no solo pone en evidencia un supino desconocimiento, sino que a la vez y en todo caso, vuelve a incurrir en discriminación política que está reñida con principios básicos de nuestra Constitución Nacional, ya que ésta prohíbe cualquier tipo de discriminación, y aboga por la completa libertad en el debate de todas las ideas.
Estas expresiones de Héctor Aguer vuelven a poner en el centro de la escena del debate, la necesidad de separar de una vez por todas a la Iglesia Católica, como a cualquier otro tipo de expresión religiosa, del Estado.
Así mismo nos manifestamos a favor de la necesidad y la urgencia de trabajar por lo tres ejes propuestos para la implementación de la Ley Nacional de Educación Sexual: "la integralidad de la sexualidad humana, la perspectiva de derechos humanos y el cuidado de la salud". Señalamos –además- que dicha Ley es producto de los compromisos internacionales que Argentina ha pactado con otros países integrantes de la ONU y las respectivas agencias que trabajan en educación, género y salud. En la actualidad y a nivel internacional, los derechos sexuales y reproductivos son reconocidos como derechos humanos; por tanto impedir que se difunda información y se eduque para el ejercicio de una sexualidad responsable, saludable y libre de culpas religiosas, es una violación de los derechos humanos.
Consideramos una educación para el amor es -sin discusión- una educación para una sexualidad responsable, respetuosa y por sobre todo, libre.-
Fuente:
Apostasía Colectiva en Argentina
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